jueves, 12 de noviembre de 2015

Lucha sí. Sin violencia, también.

No pretendo escribir nada de carácter filosófico ni romántico, como suelo hacer; sólo voy a expresar mi opinión respecto a un tema que ha surgido en una conversación con una preciada amiga mía. Dicha amiga, cree que la violencia puede llegar a estar justificada y que es incluso necesaria en situaciones de lucha contra el poder en las que parte del pueblo no sea escuchado. Desde mi punto de vista, esto me parece una barbarie. Tan solo basta con imaginarnos la siguiente situación hipotética: el pueblo que no es escuchado se rebela contra el poder. El pueblo que no es escuchado llega al poder gracias a la violencia. Surge un nuevo sector del nuevo pueblo que no es escuchado por el poder y se rebela contra este. Este nuevo sector llega al poder usando la violencia. ¿Hace falta que siga? Creo que no. Si continuamos esa serie, al final va a quedar una fracción de pueblo que lleva la razón sin nadie a quien gobernar, porque están todos muertos; o bien, simplemente nos encontramos ante la "pescadilla que se muerde la cola": el sector que llega al poder ignora al que antes estaba en el poder. El que ahora es ignorado se subleva y llega al poder y vuelve a ignorar a los otros. Etcétera, etcétera y una larguísima etcétera más. La violencia no está justificada. En ninguna situación. La violencia trae caos, desorden y miedo y, lo peor de todo, NUNCA SE ACABA.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Fachada de un muerto

Solo veis la fachada, veis a alguien duro y feliz. A alguien que ríe ante la adversidad, y que se muestra indiferente ante sus problemas. Solo veis fachada, la fachada de alguien roto por dentro, destrozado, la fachada de alguien que ha perdido su alma, que lo ha perdido todo. Sus creencias se han derrumbado. Su razón se ha quebrado. Su personalidad ha muerto. ¿Quién es él, él que se protege tras una careta de alegría y mentira? ¿QUIÉN ES ÉL? Si de él no queda nada, si habéis devorado hasta el último pedazo de su ser, si habéis acabado con todo lo que tenía, con todo en lo que él creía y con lo que él era y quería a ser. Y quién era él... Si ni fue, ni pudo ser. Si no tuvo la oportunidad o si no la supo coger. Si sonreía por placer o eso nos quiso dar a entender. Ya no queda nada de él.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Cárcel

Es de noche y está en la cama./ Es de noche y no escucha nada./ Es de noche y huele a ella,/ a esa dulce melodía sorda/ que en su cabeza suena. / Es de noche, pero sus ideas brillan,/ impacientes por escapar de esa cárcel de pensamientos/ que por la noche despierta y durante el día se acuesta./ ¿Por qué es ahora/ cuando quieren salir?/ ¿Por qué cuando está agotado/ y solo quiere dormir?/ ¿Por qué ahora/ que su instrumento parece que se ha alejado,/ por qué ahora/ que parece que le ha abandonado?/ ¿Por qué ahora/ que la música no suena,/ que las nubes lloran/ y la madre luna / se oculta tras ellas?/ Si ya ni los borrachos caminan,/ ni las farolas alumbran. / Si tan solo quedan sus ideas,/ esas que brillan y no ven la luz,/ esas que mueren solas.

martes, 27 de enero de 2015

Como cabras

Nos miran como si estuviéramos locos, y no les culpo. Nos gusta bailar bajo la lluvia y los días fríos. Cantar como si no hubiese mañana y gritar que estamos vivos. Nos gusta volar cuando hay tormenta y quedarnos en casa los días de primavera. Somos así. Diferentes. Especiales. Preferimos la noche al día, cogernos de la mano y soltarnos solo para colocarnos mejor y estar cómodos. Sonreímos por sonreír, nos miramos por placer. Somos esas balas perdidas que se han cruzado en el camino. Nadie nos quiere cerca, somos raros y hacemos ruido, mordemos. Salimos en manga corta en invierno y con sudadera en verano. Somos esa singular pareja que pone todo patas arriba. Nos gusta que nos miren, llamar la atención y que nos manden callar. Tenemos la mente demasiado activa, no nos gusta la rutina ni las normas. Queremos sensaciones, queremos emociones, velocidad, dolor, placer, miedo, alegría, pasión, intriga y sobre todo: Paciencia